John lo había invitado a esa reunión, una conversación sobre música que pronto se convertiría en una evocación de conciertos pasados, en alguna ciudad del sur de Inglaterra.
Hypnos escuchaba con fascinación, luego le preguntó a John: -«¿alguna vez, traerás tu espectáculo a la Argentina?«, su país y la respuesta que recibió no sólo fue afirmativa, sino que además fue acompañada por una invitación especial. Hypnos agradecido con John, se marchó feliz.
Bajó las escaleras con tanto entusiasmo, que casi tropieza con el mozo, que subía con una bandeja repleta de copas. Hypnos, sin detenerse a pensar ni un segundo, levantó el pie derecho, lo pasó por encima de la bandeja, mientras su cuerpo giraba en el aire, con elegancia, como si fuera una pluma y sin tocar una sola copa.
Lo que podía haber convertido la fiesta en un drama, se había transformado en un espectáculo acrobático genial, donde Hypnos no sólo se había lucido, sino que además demostró que podia desafiar la gravedad.

Deja una respuesta