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La sala de reuniones
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El Instituto de Mar del Plata se erigía como un edificio blanco y frío. El había sido invitado a ese mundo, extraño para Hypnos, de batas blancas y terminologías médicas. La mujer que lo recibió, con una trenza negra y vestimenta impoluta, parecía una figura de otro tiempo, aunque en…
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Las penumbras de la vieja fábrica
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Hypnos, observó a su tío Carlos, cuyos ojos grises verdosos brillaban de alegría. El recordaba cómo había adquirido la quinta en Carlos Paz, al lado del rio San Antonio, un logro que parecía distante en su propia vida. A su lado, su primo Carlos Ernesto se negaba a acompañar a…
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Huir de lo que no podía entender
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Los autos, de carrera fórmula 1, cubiertos por una lona, esperaban una orden que nunca llegaría. Hypnos, los observaba en silencio, sabiendo de que debía conducir uno de ellos, aunque la tarea fuera titánica. Sin embargo la «cabeza nuclear» no estaba instalada. Una ausencia incomprensible, pero real. El vehículo estaba…
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Una luz blanca iluminó su camino
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Hypnos con el papel en la mano, que contenía explícitas instrucciones, esperaba al Presidente. No habría palabras, ni saludos; todo estaría dispuesto según la rutina, que no admitía margen para el error. El perro emitió un suave ladrido, mientras Hypnos lo mantenía con su correa, indicándole que quería salir. El…
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El hombre es el lobo del hombre
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Desde lejos, presenció una escena increíble que lo transformó en un testigo impotente. Una mujer de camisa negra y botas de cuero, sostenía una «herramienta eléctrica» que terminaba en tres puntas metálicas. Junto a ella, un hombre con el torso desnudo, atado a un alambrado, sería el destino de las…
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La fiesta palaciega
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El gran salón del palacio, decorado con cuadros antiguos y pesadas cortinas de terciopelo, imponía su historia a los presentes. Hypnos era uno de los pocos invitados que vestían uniforme. El aire del lugar le resultaba denso, pero no por el calor, sino por la incomodidad de encontrarse rodeado de…
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La libertad era una farsa
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El colectivo se detuvo, anunciando el fin del trayecto. Hypnos, bajó con su hija, la pequeña con su gorro marinero. En la plaza, se sintió observado, un cosquilleo recorrió su cuerpo. Se calzó unos pantalones azules, por encima de los blancos, para pasar desapercibido. La plaza, antes un lugar de…
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El fin no justifica los medios
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Al volante, atravesó la tranquera destartalada, levantando una nube de polvo. El camino de tierra, lo condujo al galpón de chapas, donde unos niños, con gestos amenazantes, mostraban su desagrado por los extraños. Hypnos ignoró las amenazas, siguió conduciendo y sin saberlo, atravesó un portal invisible que había en el…

